el año en que decidí que el
puente de difuntos
lo pasaría
viendo la Catedral de Burgos,
no lo recuerdo, sólo sé
que fue anterior
a 2024 en que volví a recaer
en más tristeza, esta vez
no había muerto nadie,
se había muerto
el trabajo social
para mí,
ya he dicho que menos mal
que he sido madre porque
un donut o una palmera
de chocolate
no tiene el poder de evitar
que te tires
por el Cerro de Santa Catalina.
No hay comentarios:
Publicar un comentario