lunes, 11 de noviembre de 2019

Orejas gigantes

Para los que tienen una fe absoluta
en el intelecto el Trabajo Social
les debe parecer una gran
tontería, un Trabajador
Social 
debe ayudar
a cada persona como si fuera la primera
que ve en su vida, no hay disertaciones
o discursos porque se convierte 
en dos orejas gigantes 
para comprender 
y en dos manos
para ayudar aunque su aportación resulte
                        insignificante.

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