Pues la playa de Oleiros preciosa y salvaje,
eso sí hay que bañarse con prudencia,
allí te lleva una ola y adiós,
no hay socorristas,
a cambio
tienes
hippys tostados con sus rastas
y nabos de medio metro al sol,
entonces vamos y nos despelotamos
a dos toallas de él y empezamos a
hablar de lo bonito que es tener
veinte años menos.
sábado, 11 de agosto de 2018
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