hasta el espigón de la playa
de Poniente y cuando
mis ojos
se encuentran con el agua del mar
siento un consuelo profundo,
es como si fueran
la misma
cosa,
cuando ya no te queda nada te aferras
a lo más elemental, lo mismo
que la mujer cerca de la muerte pide
a su hermana romero
también
tú
al no esperar nada pides
a tu cerebro que se calle,
que tus ojos y oídos
ya inútiles
para este mundo se fundan
con el agua y el sonido
del mar 🌊
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