que los niñ@s
aprendan a callar, otra cosa
es
que
se queden
en silencio
para protegerse porque tontos
no son y se dan cuenta enseguida
que ni siquiera sus propios padres
les pueden proteger, puede parecer
que los progenitores con más
formación deberían
tener más
herramientas para solventar los conflictos
pero a la frustración se une la vergüenza
del fracaso y se tiende a cronificar
mucho más el malestar
que
quien
lo grita a los cuatro vientos
y necesita material mente,
por ejemplo,
ingreso
en una casa de acogida,
seguramente el grueso
de niñ@s y mujeres
sufren en silencio
en su propia
casa,
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