jueves, 9 de julio de 2020

...

El cacao con los regalos es tremendo, 
no siempre el que recibe está tan
feliz               como el que da pero 
comprende su gran emoción 
regalando,  
hasta él me ha dejado comprarle
zapatillas,  recuerdo que   un día 
cuando era joven y tan solitaria 
como ahora 
él 
y ella me llevaron pasteles a mi casa
no recuerdo los pasteles, recuerdo 
la visita, si treinta años después 
te compran pasteles 
pero 
no te quieren
ni ver ...             pues ya sabéis por donde 
se tendría que haber metido los pasteles. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario