Y sí, Mar se sentaba conmigo
en el parque a comer pipas
y a mirar cómo jugaban
los niños, iba a jugar
cuando venían
a buscarla
y si le daba la gana,
tan absurdo es pensar
que los niños deben saltar
como cabras en el parque
como que tienen
que
estar
quietas durante horas
en un pupitre.
miércoles, 18 de diciembre de 2019
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