lo necesario para defenderse,
recuerdo
los infinitos
mensajes indescifrables donde buscaba
un ápice de amor y solo obtuve confusión,
el esfuerzo constante para no perder
el diálogo elemental con mis hijas
y para comprender la cobardía
tan extrema a la que se
llega
por una pizca
de prestigio mal entendido, no estoy
curada de nada porque nunca estuve
enferma sino rodeada de una sociedad
malsana y ladrona,
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