Braga huele dulce, no podía ser de otra
manera ¿?, estamos rodeados de iglesias
y pastelarias, sus gentes son suaves y
amables hasta el punto que apetece
dar un morreo a cada un@
que te habla, no hay ruido
a pesar de tanta historia,
aquí parece que no ha pasado nada,
que nadie se ha muerto...
No hay comentarios:
Publicar un comentario