martes, 11 de junio de 2019

Un padre

Pues menos mal que hay algún padre sincero, 
porque esto pasa y no es una enfermedad, 
simplemente que llega un momento que 
quieres pasarlo bien y que el sexo no
sea una obligación y por desgracia 
ellos tienen más presión y si solo
se trata de cumplir no tiene 
gracia. 


"Pero luego, pensándolo, no tengo la energia para ponerme en faena. Primero están las energías que tendría que gastar en seducir, convencer, ligar, la autoestima que tendría que gastar para soportar rechazos y negativas. Y preparar la infraestructura, el sitio y los complementos necesarios (profilácticos de tu talla y pastillas azules a tiempo, con el dolor de cabeza que suelen provocar y la antelación con los que hay que tomarlos, que garantizan poder usarlo pero no si lo vas a usar). Y luego el acto en sí. Que vamos a confesarnos, después de todo lo anterior hay que realizar algo digno, tanto en cuestión de técnica como de aguante físico. Cuando has tenido que decir varias veces "No se que pasa, es la primera vez que me pasa, no eres tú", pues que te lo piensas. Y el compromiso y la responsabilidad con tu pareja. Creo recordar que eso del sexo daba como consecuencia unas simpáticas personitas que hipotecaban tu vida por unos cuantos años. ¿Tienes condones, viagra y, en caso de que todo falle, una casa y salario suficiente para criar otro hijo? 

Sinceramente, tengo una envidia tremenda a quienes tienen sexo con un animo recreativo". 

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