La reacción no es de simple rechazo o de cerrazón, sino que pasa a la acción, ¿Cómo acosamos a Dios? Él mismo nos lo dice: pretendiendo "taparle la boca de muchas maneras, con preguntas capciosas y tendiéndole trampas".
¡Cuántas preguntas capciosas, en las que le ponemos a prueba! ¡ Cuántas trampas, en las que le ponemos a prueba! Y ... si es el hijo de Dios, que baje de la Cruz y se defienda. A todos nos suena esa actitud.
José Pedro Manglano.
No hay comentarios:
Publicar un comentario