los padres son los primeros que se
irritan si su hijo no destaca,
o bien directamente
es incapaz de adaptarse a ese mundo que
ellos mismos propician, si se vende el
sálvese quién pueda el resultado es
que cualquier fracaso por tonto
que parezca se convierte
en un hundimiento
existencial, por eso a este paso los que
se harán de oro serán los psiquiatras.
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