miércoles, 16 de marzo de 2016

Decimocuarta reflexión

¿ Tengo mi permiso para sentir?
Este permiso cuando es para mal debería restringirse pero no es posible sentir lo bueno sin sentir lo malo, es terrible o bueno según el momento, así que es normal que nos vayamos escondiendo o evitando sentir demasiado, aunque dudo que se pueda salvo que  te "anestesien" continuamente de alguna manera.

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